Contemplan que haya casos importados en España y el resto de Europa, pero descartan una epidemia como el Covid. "No podemos bajar la guardia", afirman
Las alarmas saltaron el pasado 14 de agosto, cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) decretó de nuevo la emergencia sanitaria internacional por una explosión de casos de una nueva variante de la viruela del mono (renombrada como mpox) en África. La rápida propagación del virus desde República Democrática del Congo, el epicentro de las infecciones, a sus países vecinos y el «riesgo de expansión internacional más allá de África» exigían la llamada a la acción global, en palabras del director del organismo, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
Desde entonces, la comunidad internacional sigue de cerca la evolución del patógeno, cuya incidencia ha seguido al alza. ¿Podría replicarse la situación en Europa? ¿Estamos ante un nuevo Covid? Los expertos subrayan que hay muchas cuestiones que nos alejan completamente de ese escenario:la evaluación que han realizado tanto el Centro de Control de Enfermedades europeo como el Ministerio de Sanidad señalan que el riesgo de transmisión del patógeno en nuestro entorno es bajo. Pero también tienen claro que «no podemos bajar la guardia. Hay que vigilar, estar preparado e iniciar una acción coordinada de ayuda». Así lo asegura María del Mar Tomás, portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC) y microbióloga del Hospital de A Coruña.
«A día de hoy, la situación es de alarma en África y de alerta en el resto del mundo», remarca.
Los últimos datos, actualizados por los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de África, hablan de 20.720 casos en lo que va de año (3.331 casos confirmados y 17.389 casos sospechosos) y 582 muertes en 13 países del continente.
Son las cifras oficiales, pero «probablemente hay un infradiagnóstico de los contagios reales», expone Tomás, quien añade que, en la misma línea, todavía hay pocas certezas sobre distintos aspectos epidemiológicos, los modos de transmisión, la morbilidad y la mortalidad asociadas a las nuevas infecciones. «Hay incertidumbre» por la insuficiencia de los datos aportados por África en cuanto a la detección y notificación de casos y su capacidad de laboratorio, señala también el último informe del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), publicado el pasado 22 de agosto, donde también se advierte de que «los conflictos en curso y los desafíos humanitarios» en la zona obstaculizan la puesta en marcha de medidas de control y aumentan el riesgo de propagación.
Casos importados
La futura introducción de casos importados en Europa (ya se ha detectado uno en Suecia) y España es más que probable. Pero los expertos no creen que se vaya a replicar aquí ni la transmisión sostenida que se está viendo en África ni la severidad de la enfermedad. En primer lugar, porque el virus no es un completo desconocido. «Es la segunda vez que la OMS emite una emergencia de salud pública internacional por viruela del mono», recuerda Mar Faraco, secretaria de la Asociación de Médicos de Sanidad Exterior (AMSE) y jefa de Servicio de Sanidad Exterior en Huelva.
En 2022 ya se produjo un brote fuera de África, con casi 100.000 afectados y cuya principal vía de transmisión fue la sexual, principalmente entre hombres que tienen sexo con hombres. En aquel brote el protagonista fue un virus de la viruela del mono correspondiente a la variante o clado IIb, históricamente asociado a África Occidental. Su expansión se pudo controlar gracias a una estrategia coordinada, una experiencia que, asegura la especialista, también ayudará ante este nuevo brote, pese a que existen diferencias a tener en cuenta.
Los contagios entre hombres que tienen sexo con hombres no parece ser la principal vía de transmisión en este brote, en el que también se está dando una gran afectación de niños. Además, los responsables del brote actual son virus de otra variante, el clado I, que hasta ahora solo se habían detectado en la zona de África central y en el pasado se han asociado con síntomas más graves y un peor pronóstico. La tasa de mortalidad del brote actual es alta, de casi el 3%, particularmente entre los menores.
De cualquier forma, los especialistas recuerdan que hay que tener en cuenta las circunstancias del continente africano para interpretar esos datos.
Diferencias
Ni la situación socioeconómica, ni la fortaleza de los sistemas de salud ni las circunstancias epidemiológicas son ajenas a la evolución del brote. «El entorno también influye», remarca Raúl Rivas, catedrático de Microbiología y director del grupo de Interacciones Microbianas de la Universidad de Salamanca. «Hay que tener en cuenta el impacto que tienen en África, en muchos casos en menores de 15 años, enfermedades como el VIH, la malaria y otros trastornos que debilitan el sistema inmunitario. Todo esto puede hacer que la infección actúe de manera más agresiva», apunta.
El acceso a la Sanidad que existe en países como la República Democrática del Congo también cumple un papel fundamental en la evolución del brote, añade, así como circunstancias como que su población, principalmente joven, no goza de la protección que en los países occidentales confiere a las personas de mediana edad y mayores la vacunación que recibieron frente al virus de la viruela humana, un patógeno primo-hermano del mpox que se erradicó en 1979, por lo que su vacuna dejó de administrarse. Algunos estudios señalan que esta vacuna puede ofrecer una protección frente a mpox de hasta el 85%.
En España, en repuesta al brote de 2022, se puso en marcha además un programa de vacunación en grupos de riesgo con vacunas de tercera generación frente a la viruela. Según datos recopilados por el Ministerio de Sanidad (REGVACU), de las 40.610 personas que se han vacuna frente a mpox en este tiempo, 20.900 (50%) han completado la pauta con dos dosis. En ese sentido, las autoridades sanitarias han hecho un llamamiento para que aquellos que tengan pendiente la segunda dosis completen la recomendación y reciban la pauta completa.
«Las situaciones socioeconómicas y sanitarias distintas entre África y Europa y las medidas tomadas con la epidemia de 2022 hacen pensar que, aunque lleguen casos importados de este nuevo brote, se podría actuar y limitar la transmisión», resume Antoni Trilla, especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública y decano de la facultad de Medicina de la Universidad de Barcelona.
Según el último informe del CCAES, a día de hoy se estima que, si se produjeran casos, «la gravedad de la enfermedad sería baja en la mayoría de los casos, aunque las personas inmunodeprimidas y aquellas con una infección por VIH no tratada, podrían experimentar una mayor gravedad clínica».
Entre 2022 y 2024 el virus de clado II de mpox ha seguido circulando en Europa, en niveles bajos, sobre todo en el último año. En ese tiempo, tanto el perfil como la gravedad de los casos de mpox diagnosticados en nuestro entorno se han mantenido estables. Según datos del Ministerio de Sanidad, el 98% de los casos de mpox se han producido en varones, con un 39% de ellos entre 31 y 40 años. Los casos notificados hasta la fecha en la UE han sido en su mayoría leves, aunque se han registrado 10 fallecimientos (letalidad 0,1%) y un 7% de hospitalizados.
En cualquier caso, el especialista subraya que es fundamental continuar monitorizando la dinámica del brote para evaluar su evolución e identificar cualquier posible cambio en sus patrones epidemiológicos de transmisión o en el perfil de la población susceptible. Además, continúa, es clave que los países occidentales se coordinen para ayudar a apagar el foco de la epidemia, en África, tanto por motivos éticos como de protección.
«Vivimos en un mundo globalizado y hemos comprobado que lo que pasa en un extremo del planeta puede llegar al otro extremo en muy poco tiempo», coincide Raúl Rivas. Y reflexiona en la misma línea Mar Faraco: «Debemos dejar de mirarnos tanto el ombligo y ayudar en el foco, mandar medios y recursos, porque además de ayudar a quien está sufriendo estaremos previniendo la expansión. Para protegernos de los virus no sirve poner barreras. Hay que actuar de forma global».
El pasado lunes, la OMS lanzó un Plan Estratégico Mundial de Preparación y Respuesta que prevé una necesidad de financiación de más de 120 millones de euros y depende de las aportaciones de los estados . De momento, el Ministerio de Sanidad anunció ayer que va a donar un 20% de su stock de vacunas frente a la mpox, lo que supone 100.000 viales.