Una psicóloga policial determinó que Marina Silva no mostró sentimiento de culpa y que habría intentado quitarse la vida
- 15/10/2025 09:23 hs
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La psicóloga y subcomisario Sandra Pérez, declaró en la segunda audiencia del juicio por los filicidios de Bautista y Sofía. Entrevistó a la imputada al día siguiente del hecho en la comisaría en la que permanecía detenida.
Este martes se celebró la segunda audiencia del juicio por los filicidios de Sofía y Bautista, perpetrados por la agente policial Marina Abigail Silva. Uno de los testimonios claves de la jornada fue el de la psicóloga policial Sandra Pérez quien declaró que el día posterior al hecho entrevistó a la imputada dado que presentaba una crisis de angustia. Resaltó que la mujer no mostró sentimiento de culpa por lo que había hecho.
Dijo que Silva le manifestó que se quería ir de esta vida junto a sus hijos y a su abuela, quien había fallecido unos meses antes del hecho. Recordó que aducía que no necesitaba ayuda, que no quería ser atendida y que el arma se le había bloqueado y que por eso no pudo quitarse la vida. Además, le aseguró que estaba endeudada y que muchas veces no tenía para darles de comer a sus hijos.
Para Pérez, la acusada presentaba “vivencias de soledad, angustia y pensamientos suicidas”. Pese a que resaltó que notó que estaba “lúcida” y ubicada en “tiempo y espacio”, sugirió su traslado al Hospital de Salud Mental.
“Nunca dijo algo incoherente”
Declararon también la comisario Marcela Benítez y el agente Jontahan Camargo. Ambos eran compañeros de Silva en la Comisaría 34° de Juana Koslay. Coincidieron en sus relatos al contar que la mañana del día del hecho fueron al dique de Cruz de Piedra. Al llegar al lugar caminaron hasta que lograron divisar una figura a la que se fueron acercando poco a poco y con cautela. Era Silva. Estaba sentada con las piernas cruzadas y con el arma apoyada en el suelo, delante de ella.
Benítez dijo que le pidieron que levantara las manos y se acercó a Silva y la abrazó para contenerla. Recordó que la mujer lloraba y decía “me quiero con mi abuela y mis hijos”. Al mismo tiempo recalcó que nunca dijo “algo que fuera incoherente”.
Mencionó que, si bien no eran amigas, Silva era buen efectivo policial “subordinada y responsable”, que nunca había tenido ningún conflicto y que cumplía con las directivas. Por último, expresó que siempre “hablaba de sus hijos como una madre normal” y que alguna vez contó que “a veces no tenía para darles de comer”.
Era usuaria de aplicaciones que pagaban en dólares
Otra de las compañeras de Silva que declaró hoy fue la agente Laura Belén Roca. Dijo que Silva siempre tenía preocupaciones porque no le alcanzaba el sueldo y por sus hijos. “Me sabía manifestar que se sentía sola”, resaltó.
Mencionó que en alguna de las charlas que mantuvieron le contó de lo mucho que se le complicaba su día a día con las tareas de cuidado de sus hijos dado que los padres de los niños no la ayudaban en ese aspecto y que a su hermana debía pagarle para que los cuidara.
Para la agente, Silva “era una persona normal que reía, hablaba y trabajaba bien”. Sabía que tenía deudas, pero dijo que nunca le refirió los montos de las mismas.
Roca reveló que la imputada era usuaria de aplicaciones “en las que hacía transmisiones en vivo” y en las que le pagaban en dólares, pero no pudo explicar qué tipo de contenido era el que ofrecía ni cuánto ganaba.
Contó que en otra oportunidad le había comentado sobre su intención de retomar la relación con Jonathan Funes, padre de su hijo Bautista, pero que ella le aconsejó que lo pensara dado que la separación entre ellos no había sido en buenos términos.
Como madre la describió como una mujer que siempre “se preocupaba por sus hijos”. Contó que por ejemplo cuando iban a hacer alguna compra, siempre compraba cosas para sus hijos. Dijo que muchas veces faltaba al trabajo o llegaba tarde porque las niñeras le fallaban o porque no conseguía con quién dejar a los chicos. Mientras la escuchaba Silva lloró, se angustió y secó sus lágrimas con una servilleta.
Intervención del Departamento de Homicidios
El subcomisario, Rubén Antonio Miranda y el subcomisario William Lucero, pertenecientes al Departamento de Homicidios también declararon. Ambos contaron sobre las actuaciones que realizaron tanto en el dique de Cruz de Piedra, donde hallaron a Silva posterior al hecho, como en el domicilio donde ocurrieron los asesinatos de los pequeños Bautista y Sofía.
Miranda señaló que le realizaron hisopados en las manos y en los pómulos a la acusada para las pericias de dermotest, es decir determinar si tenía restos de bromo, bario y antimonio que son los tres elementos químicos principales que se utilizan en la identificación de los residuos de disparo de arma de fuego. En fin, aseverar que fue ella quien efectuó los disparos letales contra sus hijos.
Ambos se encargaron de realizar los secuestros de los elementos personales de Silva como sus prendas de vestir, una cartera, un manojo de llaves, una toalla y su arma reglamentaria. Sobre la imputada, Miranda aseguró que “se mostraba coherente en sus dichos”. Contó que le consultaron si tenía celular y ella les indicó que lo había tirado al dique, lo buscaron en el sector que les indicó, pero no lograron hallarlo.
Luego mencionó que desde la comisaría donde estaba alojada la trasladaron al Hospital de Salud Mental donde la asistieron. Dijo que el psiquiatra que la atendió les comentó que la mujer “estaba en sus cabales, razonaba con claridad y que no necesitaba asistencia psiquiátrica pero sí psicológica”. Durante el paso de los testigos Silva siempre se mostró tranquila, sin expresión alguna, pero con un tic de parpadeo constante, que la lleva a parpadear hasta unas cuarenta veces por minuto y que, quizás, delata su estado de ansiedad.
Dermotest positivo para Silva
La comisario Carla Daniela Rodríguez, perteneciente al Laboratorio Químico Legal de la Policía de San Luis, fue la encargada de realizar las pericias sobre los hisopados dermortest realizados a Silva. Dijo que los resultados fueron positivos para la mano izquierda de la mujer y ambos pómulos, es decir que tenía residuos de deflagración de pólvora producto de las detonaciones que efectuó con el arma.
Al mismo tiempo contó que realizó exámenes toxicológicos sobre una bebida láctea hallada en una mamadera y una bebida gaseosa hallada en un vaso en la casa de Silva. Aseguró que las pericias arrojaron resultado negativo para bebidas alcohólicas o psicofármacos.
Sobre las prendas de vestir de Bautista y Sofía y la ropa de cama secuestrada, dijo que presentaban orificios de entrada y de salida producidos por impactos de arma de fuego y que los mismos se podía determinar que fueron efectuados a muy corta distancia porque habían dejado rastros de “ahumamiento”. Sobre las ropas que Silva llevaba puesta al momento de su detención refirió que hallaron residuos de pólvora como el antimonio.
Intervención policial y pericias
Declararon el comisario Carlos Salinas quien al momento del hecho prestaba servicio en la Dirección General de Armamento y Logística de la Policía de San Luis. A él le solicitaron que informara sobre el arma reglamentaria provista a Silva. Dijo que se trataba de una pistola semiautomática calibre 9 milímetros y que, al peritarla, tras su secuestro, determinó que estaba intacta apta para el uso y agregó que en los archivos no tenían registro de mantenimiento realizado sobre la misma.
Por su parte, el oficial principal Danilo Vázquez contó sobre su intervención. Dijo que realizó las vistas fotográficas del lugar donde Silva fue arrestada, los elementos que le secuestraron como el arma reglamentaria, un manojo de llaves, una cartera y una toalla. Consultado por cómo vio a Silva en ese momento dijo que “no mostraba ningún tipo de resistencia”, que no lloraba y que no la notó “alterada”. A su criterio la mujer “exteriormente no se notaba nerviosa”.
Otros de los testimonios de pericias fueron los de la oficial inspector Valentina Gómez, la oficial principal Mayra Cuello y el comisario Guillermo Becerra Tulián, pertenecientes al Departamento de Policía Científica. Las dos primeras contaron que realizaron vistas fotográficas y trabajos de planimetría tanto en el lugar del hecho como en el lugar de detención de Silva, mientras que Becerra Tulián fue quien realizó la pericia balística sobre el arma y las municiones secuestradas.
No tenía constancia de atención psicológica
Otro testimonio clave de la jornada fue el del comisario general (actualmente retiro voluntario), Marcelo Sepúlveda. Comentó que hasta junio de este año prestó servicio en la Dirección General de Recursos Humanos de la Policía de San Luis.
Dijo que se le solicitó un informe sobre el legajo de Marina Silva, donde indicara si tenía constancia por tratamientos psicológicos o causas judiciales. Sepúlveda detalló que en el legajo constan solo certificados médicos personales y certificados médicos por cuidado familiar.
Sobre las sanciones que han recaído sobre ella mencionó que son tres: una por 5 días, otra por 7 y otra por 20, por faltas leves que no estaban muy bien detalladas pero que indicó que se podría tratar, por ejemplo, por llegadas tarde a su lugar de trabajo.
Señaló que Silva, quien se unió a la fuerza en junio de 2015, no registraba cursos realizados ni embargos.