Lo detuvieron con cocaína en la ruta y la Justicia Federal cree que operaba para el líder narco de Villa Mercedes que está en la cárcel

Una detención el jueves por la noche le sumó un eslabón más a la cadena que conduce a Diego “El Gaucho” Funes, el imputado por integrar un clan familiar que montó un negocio con la cocaína en Villa Mercedes (desde hace por lo menos cuatro años) y que lleva dos meses tras las rejas en el Servicio Penitenciario Provincial. A Oscar Ezequiel Gil lo encontraron con estupefacientes cuando manejaba su auto por la Autopista de las Serranías Puntanas (ruta 7), con dirección a la ciudad de San Luis. Fue pasadas las 20, y el operativo estuvo a cargo de la Policía Federal.

Los detalles del procedimiento salieron a la luz en una audiencia del viernes donde finalmente le formularon cargos por tenencia de estupefacientes con fines de comercialización, agravado y en calidad de autor. La Fiscalía Federal aseguró que tiene evidencia para relacionarlo con Funes y fundamentar la acusación. En concreto la sospecha es que trabajaba “de manera coordinada con Funes”, que operaba afuera para que la comercialización continuara.

Cuando la Policía Federal detuvo la marcha del vehículo, el perro entrenado para la detección de estupefaciente, que se llama Loqui, hizo una marcación positiva y eso habilitó la requisa del rodado (con la autorización del juez Federal) donde Gil viajaba junto a otras dos personas que son de su familia.

Encontraron 210 gramos de cocaína, la cual se cree que era trasladada para ser vendida en San Luis. Quedó detenido e incomunicado. Más tarde se hicieron cargo de su defensa los abogados de Villa Mercedes, Bautista Rivadera y Gustavo Muñoz, los mismos que representan a Funes y todos los involucrados de su familia (que también están encerrados).

Los defensores cuestionaron las circunstancias en las que se hizo la detención de Gil, y plantearon la ilegalidad, cosa que el juez Juan Carlos Nacul desestimó. Sostuvieron que tenían una versión diferente de la detención.

La Fiscalía Federal, que estuvo representada por Julieta Rojas (por disposición del fiscal subrogante Federico Baquioni) relató que se hicieron allanamientos en dos propiedades donde encontraron más de 2 millones de pesos en efectivo, teléfonos celulares y cuadernos con anotaciones que revelan la vinculación con la red de narcotráfico que la Justicia Federal desbarató hace dos meses en Villa Mercedes, y que tenía fuerte carácter territorial en el barrio Eva Perón al mando de Funes.

“En fundamento de esta aprehensión, también se realizaron allanamientos a raíz de que la persona identificada en el control policial y que se encuentra aquí detenida estaba investigada por esta fiscalía en el marco de una causa”, sostuvo la fiscal. Y agregó que todo se llevó delante “en presencia de testigos”.

“No hay motivo para prever algún tipo de afectación a las garantías constitucionales por el juicio de sospechados. Ustedes ya saben, y conocen que esta es la audiencia preliminar”, resolvió Nacul, y declaró la legalidad de la detención.

Por otra parte, según dijo Rojas, existen comunicaciones telefónicas que lo comprometen. Gil está involucrado en la mega causa que no solo tiene como imputado a Funes (que era conocido por realizar jineteadas) sino también el sindicalista de la carne, Juan Carlos Insúa. A Funes e Insúa se los cree responsables de ingresar a la provincia 6 kilos de cocaína por semana a la provincia. El narcótico era comprado en Buenos Aires, a un cártel de Perú.

La relación que se investiga es inclusive con otro interno, que está ahí también por droga. En concreto el vínculo entre dos internos del Servicio Penitenciario Provincial que coordinaban desde el penal la distribución de cocaína “en el exterior utilizando a personas de su entorno”. Así se garantizaban la continuidad de tráfico de la droga los que ahora están viviendo tras las rejas.

Al parecer, el ahora detenido realizaba viajes frecuentes de Villa Mercedes a la ciudad de San Luis para trasladar la droga. Y en esa circunstancia es que lo descubrieron.

Gil dijo en la audiencia que hace “desmonte”, que fue chofer y realizó cualquier tipo de trabajo. También que en su casa tiene una pollería que la atiende su esposa. No pudo decir cuándo dinero le daba ese negocio mensualmente.

Conclusión

La Fiscalía solicitó la prisión preventiva por 120 días al considerar que hay peligro de fuga y de entorpecimiento. También el embargo del vehículo en el que Gil se transportaba. El juez Nacul dispuso 90 días corridos de prisión preventiva, y 90 días hábiles para culminar la investigación. Hizo lugar al embargo.

“Estamos ante un delito de 4 a 15 años que no admite la pena de ejecución condicional. Estamos en una causa compleja y no hace falta decirlo a esta altura. Está todo por investigarse, está todo por concluirse y la situación de su defendido va a ser extremadamente habilitada en lo sucesivo, en el futuro porque tenemos autores primarios y secundarios, colaboradores, una serie de circunstancias que atenúan o agravan la situación, tenemos pericias y resta el análisis de 50 celulares incautados. Se suma esto y tenemos una cantidad importante de sustancias de este imputado, que no son ni 10 ni 20 gramos, son 210 gramos”, expuso el juez entre sus fundamentos.

El Chorrillero