El Área Natural Protegida (ANP) registró -12º, una de las temperaturas más bajas de la provincia. Pumas, llamas, cóndores y tortugas utilizaron tanto sus propios medios como las instalaciones de la reserva para protegerse del frío extremo.
Los animales que son parte del plantel permanente de la Reserva Florofaunística de La Florida utilizaron las instalaciones del ANP para resguardarse ante la amenaza de la ola polar. Pumas, llamas, cóndores y tortugas, todas especies autóctonas, están preparados y son resilientes incluso en cautiverio para soportar las temperaturas que azotan el territorio provincial.
En invierno, los pumas se refugian aprovechando su denso pelaje para mantener el calor corporal y protegerse del frío, buscando constantemente lugares menos expuestos. Esta especie puede reducir su actividad para conservar energía y en la silvestría prefieren buscar amparo en zonas protegidas como cuevas, grietas rocosas o áreas con vegetación densa para resguardarse del viento y la nieve.
En este caso, la reserva de La Florida tiene algo similar dentro de sus pumeras. El felino puede reducir su actividad para conservar energía, especialmente si las condiciones son muy frías o hay escasez de presas.
Las llamas tienen un pelaje doble, con una capa exterior áspera y otra interna suave y lanuda, que actúa como un aislante natural. En climas fríos tienden a formar grupos y acurrucarse juntas para compartir el calor corporal. En silvestría buscan refugio en lugares protegidos como cobertizos, árboles o formaciones rocosas para protegerse del viento y la lluvia. Pueden regular su temperatura corporal mediante la actividad física y buscando lugares soleados para calentarse.
El cóndor andino se protege del frío principalmente exponiéndose al sol con las alas abiertas, lo que ayuda a mantener sus plumas secas y a eliminar parásitos. Además, puede regular su temperatura interna defecando sobre sus patas, un proceso llamado urohidrosis.
Esta ave aprovecha la radiación solar para calentar su cuerpo y secar sus plumas, lo que resulta crucial para mantener el aislamiento térmico. Las plumas húmedas pierden su capacidad aislante, por lo que mantenerlas secas es esencial para combatir el frío.
La técnica de urohidrosis, aunque parezca inusual, les permite enfriar su cuerpo al evaporarse las heces sobre sus patas. Esto ayuda a regular la temperatura corporal en climas fríos, especialmente cuando están expuestos al sol.
En silvestría, los cóndores suelen elegir sitios de descanso en riscos y peñaderos altos y protegidos del viento y la lluvia, lo que les brinda un refugio contra el frío y otras inclemencias del clima. Poseen adaptaciones fisiológicas, como un sistema cardiovascular eficiente y una mayor concentración de glóbulos rojos en la sangre, que les permiten adaptarse a la altura y las bajas temperaturas de su hábitat.
Por otra parte, las tortugas terrestres entran en un estado de hibernación o brumación, un proceso de letargo que les permite sobrevivir el frío y la escasez de alimentos. Durante la hibernación, reducen su metabolismo, ritmo cardíaco y respiración para conservar energía, viviendo de las reservas acumuladas en verano. Son animales ectotérmicos, lo que significa que no pueden regular su temperatura corporal y dependen del entorno para mantenerse calientes.
El equipo veterinario del Centro de Conservación de Vida Silvestre (CCVS) resguarda a ejemplares de aves canoras que se encuentran atravesando su cuarentena. Las temperaturas bajas forman parte de los desafíos que deben enfrentar una vez que son liberados y al verse enjaulados, deben entrenarse para el día del regreso a su hábitat natural.