“Nos impuso a todos una conducta, su legado es inmenso”

A pocas horas de que el cuerpo de Francisco empiece a ser velado en el Vaticano por cientos de miles de fieles, Jorge Bergoglio —primo del Papa— compartió su emoción, su dolor y un sinfín de historias que pintan con crudeza y calidez el alma del primer Papa argentino.

“La verdad que estamos todavía muy conmovidos”, confesó en diálogo en La Vuelta del Perro, con la voz entrecortada. “La expectativa era que se estaba reponiendo. Incluso el sábado fue a cumplir uno de sus ritos pascuales, lavando los pies a los presos, como San Francisco de Asís. Pero ya no se sentía bien… hizo un esfuerzo inmenso. Para él, la Pascua era sagrada”.

Jorge recuerda los inicios de su primo en Córdoba, “castigado” por la orden jesuita: “No sé por qué causa, pero lo bajaron de su cargo y lo mandaron al convento al lado de la Catedral. Ahí nos conocimos más. Era un tipo muy empático, muy divertido”.

Pero también fue testigo del conflicto de Francisco con el poder político argentino. “Tenía un enfrentamiento con el gobierno. En esa época, incluso trasladaron un acto a Tucumán para no recibir sus homilías que les pegaban duro… pero al sistema, no a las personas”.

Su recuerdo más nítido tiene un contraste poderoso: el antes y después de su elección como Papa. “Una vez escribí un artículo titulado ‘La liberación de Francisco’. No fue una transformación. Fue liberado. Al fin podía hacer todo eso que ya pensaba, cuando sentía que la Iglesia estaba en decadencia”.
 
Además, añoró: “nos impuso a todos una conducta. Su legado es inmenso, y recién empieza a valorarse”, aseguró.

La conexión familiar no fue superficial. “En 2014 nos recibió con mis tres hijos en el Vaticano. Fue oficial. Nos invitó a su misa privada. Después desayunamos en Santa Marta. Hasta el secretario de Estado se reverenció ante mí… y yo era un tipo desconocido. Él estaba feliz, relajado. Me decía: ‘Te gano por 4, yo tengo 78’. Increíble.”

Sobre la elección del nombre compartido, responde con humor: “No sé, fue casualidad. Somos dos Jorges. Pero yo soy de la rama que mantuvo el contacto. Ahora me llaman todos los medios… me tienen loco desde anoche.”

También se refirió a la polémica relación con el presidente Milei: “Creo que el presidente es un desbocado. Está haciendo cosas buenas, pero debió ser más prudente con Francisco. Él hizo una obra inmensa. La política no debe empequeñecer ese legado”.

Y ese legado, aseguró, recién comienza a brillar. “Cuando las grandes personalidades dejan este mundo, se potencia su figura. Francisco transformó la Iglesia. La puso patas para arriba”.

Jorge ya tiene pasaje a Italia para el 14 de junio. Mientras tanto, su hijo, quien también conoció al Papa, ya está en camino al funeral. “Va con mi nieto, que vive allá y es futbolista. Todo esto es muy movilizante”.

El testimonio de Jorge Bergoglio no sólo humaniza al Papa; también revela a un hombre de convicciones firmes, humor cálido y fe profunda. Un líder que supo ser libre cuando más lo necesitaba el mundo.






La Vuelta del Perro


 
Entrevista:
Marcelo Arbillaga
Gabriel Martella
Vanesa Picatto