Foto: imageBROKER, Kevin Landwer Johan, Cordon Pres
En el corazón de un campo de arroz, rodeada de verde, una mujer de la etnia akha trabaja con dedicación bajo el sol. Su indumentaria tradicional, adornada con cuentas, monedas de plata y tejidos coloridos, destaca como un vibrante reflejo de la cultura que ha preservado durante generaciones. La escena fue tomada en la aldea de Mae Salong, en Tailandia, un lugar donde el trabajo agrícola sigue formando parte esencial de la vida cotidiana.
Los akha son un pueblo indígena originario de las montañas que se extienden entre Tailandia, Laos, Birmania y China. Conocidos por su profunda conexión con la tierra, su vida gira en torno a la agricultura de subsistencia, especialmente el cultivo de arroz. La cultura akha está impregnada de tradiciones orales, rituales agrícolas y un complejo sistema de creencias animistas que rige su relación con la naturaleza. Su vestimenta tradicional, ricamente adornada, no solo es una muestra de identidad cultural, sino también un reflejo del estatus social y familiar de cada individuo.