Así lo expresó el abogado constitucionalista José María Hernández, quien dialogó con Mabel Sánchez de la trascendencia que tuvo este hecho en 1994.
El abogado constitucionalista José María Hernández dialogó con Mabel Sánchez a 30 años de la reforma constitucional de 1994 que se sucedió en Santa Fe.
A tres décadas de este hecho histórico, José María Hernández comentó que se realizó una encuesta cuyos datos preocupan porque “el 70% de los entrevistados reconocía desconocer absolutamente la Constitución Nacional. Entonces eso nos está indicando un problema muy grave de educación cívica y democrática”.
Hernández explicó que “si uno no conoce sus derechos y sus obligaciones, si no conoce los principios fundamentales con que se gobierna la sociedad argentina, si no conoce el programa máximo de gobierno, porque en eso consiste la Constitución, evidentemente esto te lleva a una débil cultura de la Constitución y de la legalidad, y es lo que le ocurre en la Argentina, por eso estoy hablando de decadencia, porque es muy evidente al observar, no sólo la encuesta, sino las actitudes de altos funcionarios del Estado, que resulta que no se gobierna con la Constitución en la mano, que es la regla número uno que tiene que existir en una democracia republicana, gobernar con el Estado de Derecho con un cumplimiento estricto de la Constitución”.
-¿Cómo se hace para que los nuevos ciudadanos que se incorporan a la vida activa tengan alguna idea de que existe una Constitución Nacional como un paraguas protector de derechos y obligaciones?
-Cuando presidí la Asociación Argentina de Derecho Constitucional logré la sanción de la Ley 25.863 en 2004, que establecía en el artículo primero, que el 1 de mayo era el día de la Constitución Nacional, recordando lo que fue la sanción histórica en Santa Fe en 1853, y en el artículo II se daba una orden al Consejo Federal de Educación para que hubiera enseñanza de la Constitución, de sus principios y valores, en todos los órdenes de la educación argentina.
Por supuesto la ley fue incumplida, como tantas leyes, porque una de las características de la Argentina es el desprecio por la ley que había señalado Carlos Santiago Nino, una sociedad anómica. Así que en definitiva, el camino para enfrentar eso es la educación popular, y obviamente volver a tener instituciones sólidas, partidos políticos que hagan docencia cívica, todo en base a los principios de la Constitución, y una actitud ejemplar de los funcionarios públicos en todos los niveles, que tienen que dar ejemplo republicano de cumplimiento de las leyes.
Ese sería el camino, entre otras medidas que he propuesto, para elevar la cultura constitucional y democrática en nuestro país.
-¿Cómo se celebrarán los 30 años en los que vos has tenido tanta participación antes, durante y después?
- Lo vamos a festejar en Santa Fe, la ciudad de las convenciones, habrá actividades el 22 de agosto, porque ese día se cumplen exactamente los 30 años de la sanción, por unanimidad, de la Constitución. Y el 23 de agosto, en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional del Litoral, vamos a recordar todo lo que allí aconteció.
Después habrá tres conferencias a cargo de los convencionales Barra, Horacio Rossatti y yo y luego de eso hablará el que fue el presidente de la Convención Constituyente, el doctor Eduardo Menem.
Así que volvemos a Santa Fe para recordar ese momento de lo que fue la sanción de la reforma más importante de la historia, por lejos, por la profundidad, porque abarcó tanto la primera parte de Declaraciones de Derechos y Garantías, con la incorporación de un nuevo capítulo de Derechos y Garantías que se complementa con lo que ocurrió en la segunda parte, con el reconocimiento internacional, el reconocimiento constitucional, de jerarquía constitucional, a 11 tratados internacionales de derechos humanos, lo cual fue uno de los avances más grandes de la reforma. Y luego de esto, por supuesto, en la parte orgánica, con lo que fue el cumplimiento de ideas fuerzas de atenuar el hiperpresidencialismo, fortalecer el Congreso, asegurar la independencia y el poder judicial, y la parte de descentralización del poder, profundización del federalismo en estricto sentido, reconocimiento del gran principio de la autonomía municipal y otorgamiento de un nuevo estatus a la ciudad de Buenos Aires, que es parte de la relación federal, es prácticamente ya una provincia.
O sea, una reforma muy profunda, la reforma más legítima y democrática de la historia, 305 convencionales, 19 bloques políticos y altísimo grado de consenso para la sanción de las normas, tanto que tres de ellas fueron votadas por unanimidad, así que hay que tener una idea clara de lo que fue ese hecho histórico, o sea, la gran reforma constitucional de 1994.
MICRÓFONO ABIERTO / MABEL SÁNCHEZ