El temblor ha dejado al menos siete muertos y más de 700 heridos y ha provocado varias alertas de tsunami que ya han sido desactivadas.
El terremoto más fuerte que sacude Taiwan en 25 años ha dejado al menos siete muertos y más de 700 heridos, provocando además derrumbes de edificios, cortes de energía y deslizamientos de tierra en la isla. Decenas de personas están atrapadas bajo los escombros cerca del epicentro. Al principio del seísmo, se desataron las advertencias de tsunami en el sur de Japón y en Filipinas.
El terremoto de magnitud 7.4, seguido de al menos 76 réplicas, se produjo poco antes de las 8.00 de la mañana (hora local) del miércoles frente a la costa este de la isla, a 25 kilómetros al sur de Hualien, un condado muy turístico donde viven alrededor de 100.000 personas, y a 138 kilómetros de la capital, Taipei.
Los vídeos publicados en los medios locales muestran el derrumbe de varios edificios. Tres excursionistas murieron por el desprendimiento de rocas en el Parque Nacional Taroko en Hualien y un camionero murió cuando su vehículo fue aplastado por rocas cerca de un túnel. En el parque Taroko, también en Hualien, más de 40 personas, en su mayoría turistas, resultaron heridas.
Las autoridades han informado que, en la misma ciudad, lograron rescatar a 22 personas de un edificio de ocho pisos que se derrumbó tras los temblores, pero que aún quedan cinco vecinos atrapados.
El ejército está trabajando con los rescatistas para llegar a las zonas más afectadas. El terremoto, que se produjo a una profundidad de 15,5 kilómetros, ha golpeado con fuerza a una región montañosa que tradicionalmente ha estado aislada del resto de la isla y que es famosa por ser el hogar de varias tribus indígenas. Aunque las infraestructuras y los accesos a Hualien han mejorado mucho en las últimas décadas, todavía hay muchas partes remotas y pobladas de difícil acceso, lo que complica las labores de rescate.
Varias carreteras de las montañas de Hualien y del centro de la isla fueron cerradas al tráfico. El terremoto dejó temporalmente sin electricidad a más de 300.000 hogares, pero el suministro se restableció a media mañana.
En Taipei, el metro fue suspendido y los estudiantes de la capital fueron evacuados de las escuelas. Los vídeos difundidos por las televisiones locales mostraron edificios residenciales derrumbados. Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC), el mayor fabricante de chips avanzados del mundo, evacuó al personal de algunas de sus plantas.
"Estaba con una amiga en una cafetería cuando comenzaron los temblores. Al principio, no fueron intensos. Sin embargo, poco a poco, todo comenzó a vibrar más fuerte. Fue entonces cuando salimos corriendo a la calle por miedo a que la estructura del local, que era una cafetería muy vieja, se viniera abajo", relata a este periódico Sara Lu, una periodista que reside en Taipei.
"Ha sido un susto muy grande porque los temblores fueron muy fuertes. Aunque se han caído varios edificios, tenemos una infraestructura sólida, preparada para estos desastres y con rápidos protocolos de evacuación", explica Chen Hung, un funcionario taiwanés al que le ha pillado el terremoto en casa. "Aunque ha sido un seísmo muy fuerte, el epicentro se ha concentrado en una extensa región montañosa que no está muy poblada, por eso esperamos que la cifra de muertos no sea muy elevada".
La presidenta de Taiwan, Tsai Ing-wen, pidió a los militares que refuercen las misiones de rescate de apoyo a los equipos que llevan todo el día trabajando en Hualien y en otras partes de la isla. El vicepresidente Lai Ching-te, ganador de las elecciones de enero y que se convertirá en el nuevo líder tras la toma de posesión el próximo 20 de mayo, pidió a la población que "mantenga la calma" y aseguró que el Gobierno había abierto un centro de emergencia para hacer frente al desastre.
Desde China, que considera a la isla autogobernada de Taiwan como parte de su territorio, han dicho que están "siguiendo de cerca los acontecimientos" y han ofrecido "asistencia en casos de desastre".
La sacudida del terremoto del miércoles recordó a muchos taiwaneses a la tragedia de septiembre de 1999, cuando un potente seísmo dejó 2.400 muertos y 50.000 edificios dañados. En el área de Hualien, el último gran terremoto se produjo en 2022, cuando un temblor de magnitud 6.9 derribó edificios y descarriló un tren, matando a una persona y cortando el suministro eléctrico a miles de residentes.
Dada la frecuencia de los terremotos en Taiwan, que se encuentra en un límite tectónico entre la Placa Euroasiática y la Placa del Mar de Filipinas, las autoridades locales cuentan con amplias medidas de emergencia para desastres naturales.
La respuesta al terremoto fue bastante rápida y el Gobierno activó inmediatamente un protocolo de respuesta de emergencia, enviando inmediatamente servicios de emergencia a Hualien y desplegando helicópteros para inspeccionar los daños en las partes más remotas y montañosas en la costa sur y este, las más propensas a deslizamientos de tierra.
Tras los primeros temblores en Taiwan, las autoridades japonesas alertaron que el terremoto podría provocar olas de hasta tres metros en algunas zonas de la prefectura de Okinawa, donde algunos residentes de la isla principal fueron evacuados a una base militar estadounidense cercana. La agencia meteorológica de Japón finalmente levantó todos los avisos de tsunami alrededor del mediodía.
"LAS PAREDES SE TAMBALEABAN"
"Fue muy feo", afirmó a EFE la estudiante argentina Brenda Hesse sobre el terremoto que este miércoles sacudió las costas de Taiwan. Hesse, que se encuentra estudiando chino en Taipéi con una beca del Gobierno taiwanés, se dirigía hacia la universidad en bicicleta cuando el suelo comenzó a temblar.
"Ahí veo que los árboles y los toldos están temblando, pero fue al llegar a la universidad y sentarme cuando noté que se estaba moviendo y que era un seísmo", relató la joven. Según la estudiante, el terremoto se prolongó durante una hora y media con temblores "espaciados, pero muy fuertes".
"Fue feo, fue rara la sensación de no saber cómo estaba todo afuera (...). Uno dentro del edificio no es del todo consciente de la magnitud que está teniendo todo fuera, no sabía si había muchos destrozos, hasta dónde estaba todo bien o todo mal para yo transmitir tranquilidad a mis allegados en Argentina", explicó Hesse.
El investigador español Rubén Almendros también notó con fuerza el seísmo desde el distrito de Nangang de Taipéi.
"Era la primera vez en mi vida que sentía un terremoto de tal magnitud. Las paredes se tambaleaban, se han caído libros y lámparas y, cuando el seísmo principal se ha detenido, no teníamos ni electricidad ni agua en el apartamento", contó a EFE el investigador.
La de Almendros fue una de las 308.242 viviendas que se quedó sin suministro eléctrico a causa del movimiento telúrico, aunque según datos de la Compañía de Energía de Taiwán, el servicio ya ha sido restablecido en un 70% de los hogares.