Investigadores y estudiantes utilizan insectos para monitorear el agua

Entre la multiplicidad de organismos que habitan los ríos y arroyos, hay insectos cuya presencia indica que el agua allí tiene buena calidad o se encuentra contaminada. 

Esta premisa llevó a investigadores del Instituto de Biodiversidad Neotropical (IBN), dependiente del Conicet y la Universidad Nacional de Tucumán, a elaborar el índice biótico de las Yungas (IBY-4) que refleja la diversidad biológica y se aplica para medir la calidad del agua dulce en esa región.

Este es un método sencillo y de bajo costo, que permite a alumnos de escuelas, vecinos y cualquier persona con un mínimo entrenamiento previo, monitorear la calidad del agua del lugar donde vive.

Daniel Emmerich es parte del equipo de investigación del Instituto, es cordobés por adopción desde hace 12 años cuando dejó Buenos Aires para radicarse en Traslasierras y es profesor en Ciencias Naturales y del nivel superior de la Escuela Normal Superior Vélez Sarsfield de Villa Dolores.

Por La Tarde del Limón, explicó en qué consiste la idea y el proceso de investigación que abarca a escuelas primarias y secundarias. A esta iniciativa, se sumó la idea de editar un libro titulado “Cuidando el agua aprendemos a cuidar toda la vida” para que los docentes tengan herramientas conceptuales, pedagógicas y didácticas para transmitir a sus alumnos.

En este marco, en 2009 junto a otro docente plantearon la necesidad de compartir este conocimiento en las escuelas de Tucumán y en diciembre del 2021, comenzaron este camino con escuelas primarias rurales de Córdoba, proyecto en el que Daniel trabaja junto a 10 ex alumnos, profesores de Biología.

“Para evaluar los arroyos y ríos de Córdoba elaboramos un Índice Biotipo de las Sierras de San Luis, para detectar los grupos de organismos presentes en los arroyos, algunos muy sensibles y otros muy tolerantes que hablan de la calidad del agua”, indicó. 

Por último dijo que somos los principales responsables de cuidar los territorios que habitamos. “Cuando una comunidad tiene herramientas que parten del conocimiento es capaz de cuidar sus arroyos y cuerpos de agua”, manifestó.

Descargá el libro en ibn.conicet.gov.ar/libros