Una trotamundos que recorre Argentina y llega a sentir que el mundo es suyo

Lía Pinciroli revivió un sueño de joven, se lo contó a sus hijos, a los 58 años lo pudo concretar y a los 60 años salió a la ruta a “mechar destinos”. “La gente me decía que estaba loca por lo que me podía pasar. Sin embargo siempre tuve suerte”, manifestó. Así fue que, con unos ahorros que tenia destinados para algún mimo, averiguó por un vehículo con determinadas características y si bien al principio le dijeron que no era posible, luego encontró personas que entendieron su idea y la ayudaron a cumplir su sueño.

Esta cordobesa por adopción se compró una sprinter y la carrozó para una persona.

“Abris la puerta principal y sale una escalera eléctrica con la que ingresas a la cocina donde también hay un living comedor. Un pasillo te conduce hacia el fondo del motorhome donde hay un baño, un vestidor y una habitación. Todo tiene su lugarcito”, describió.

Aclaró que no tiene tv en su motorhome porque en cada viaje se ocupa de disfrutar del día, leer, caminar y descansar. 

Señaló que su proyecto personal se convirtió en familiar, al punto de que sus hijos le crearon un Instagram denominado @mechandorutas y le realizaron el primer regalo para su casa rodante, una pava con la cual se hace unas ricas infusiones para finalizar el día en cada destino elegido.

Por otra parte, aclaró que no viviría todo el tiempo en el motorhome porque necesita volver a su hogar, estar con su gente y descansar para volver a arrancar. “Repito muchos destinos porque siempre hay algo que me resta por conocer. Recorrí gran parte de la Argentina”, señaló.

Calificó al 99,9% de las experiencias como excelentes porque en medio de los inconvenientes, como pinchar cubiertas o extraviarse, siempre hubo alguien ayudándola y ha hecho muchos amigos. “Todos me recibieron de manera muy agradable. Es muy distinta la gente de acuerdo al paisaje”, añadió.

Por último, se refirió a lo imprescindible que debe tener para arrancar una nueva aventura y lo que cambió en ella, con esta elección de vida. “Para viajar hace falta tener ganas. Después buscas la forma”, concluyó.