Un challenge de TikTok estuvo detrás de la desaparición de dos nenas en Villa Mercedes

Un reto preocupante ya llegó a la Argentina, y en San Luis tuvo como escenario a la ciudad de Villa Mercedes. En las últimas horas se conoció que el desafío que es popular en TikTok estuvo detrás de la desaparición de dos nenas, que son primas, en el Barrio 1000 Viviendas.

“Las dos están en perfectas condiciones físicas. No sabemos exactamente qué fue lo que las llevó a una decisión así, aparentemente un juego de Tik Tok que siguieron sin darse cuenta del impacto que causaría y de las consecuencias que se enfrentarían”, compartió la mamá de una de ellas, en sus redes sociales. De esa manera llevó tranquilidad a la comunidad, dado el impacto que tuvo la noticia.
Las fotos de las nenas tuvieron un gran alcance entre la comunidad después que este domingo desaparecieran de un momento para el otro. Fueron ubicadas más de 5 horas después en una zona muy alejada.

“Estaban en un cumple y desde entonces decidieron hacer el peligroso reto. Son nenas totalmente caseras, no salen casi nunca y cuentan con muy pocas amigas”, señaló la mamá en un posteo para llegar a otros papás y reflexionar sobre lo que pueden “causar las redes sociales”.

Desde la Justicia no hubo pronunciamientos.

El reto o challenge se llama “desaparecer por 48 horas,” y en Argentina se comenzó a alarmar sobre esto. Son tendencias que aparecen y dan la vuelta al mundo, y que en el último tiempo estas situaciones están generando preocupación por las consecuencias.

¿En qué consiste?

Consiste en que la persona debe de permanecer desaparecida por un espacio de 48 horas, sin informarle a nadie acerca de su paradero.

Es así que una de las condiciones es que no se debe de avisar o contactar a conocidos o familiares lejanos o cercanos.
Desde el 2022 es que se realiza en muchos países, entre ellos México, Colombia y Chile.

Lo que se pretende con esto “es lograr fama” o ser conocidos, ya que a partir de una desaparición hay una denuncia policial y una difusión en los medios de comunicación.

Fuente y foto El Chorrillero