El cantautor encendió el escenario con "Ojos de Cielo" en una noche a puro canto, danzas y guitarras.
La voz de Víctor Heredia, que abrió su espectáculo con el conocido tema "Ojos de Cielo", puso al público a cantar con mucha emoción. Al ritmo de las palmas, todos los espectadores cantaron varias éxitos más como: "Bailando Con Tu Sombra", "Razón de vivir", "Sobreviviendo". Después el artista cerró con "Todavía Cantamos", canción dedicada a las madres y abuelas de plaza de mayo, y fue despedido de pie con una gran cantidad de aplausos.
Además, tocó Matías Chain, un joven mercedino que ediciones atrás, había participado en los fogones y anoche pudo lucirse en el Alfonso y Zavala muy orgulloso. El músico Walter sapino fue distinguido por la Municipalidad de Villa Mercedes en homenaje a los veinticinco años que lleva brillando en el escenario local.
Por otro lado, también participaron las academias de danzas "Razas de mi Pueblo" y "Rincón nativo”, que brindaron un gran espectáculo con bailarines y bailarinas que se deslizaron con su arte por todo el escenario. Otra de las escuelas que se destacó con su Zapateo fue el ballet "La Patria", un espacio con más de cincuenta años de trayectoria.
Luego presentó sus clásicas canciones el reconocido grupo "Por Siempre Tucu", a quien el público alegre aplaudió al ritmo de sus guitarras. Por otra parte, un grito cuyano retumbó en todo el predio con la llegada de "Los Cantores del Alba" quienes entre chistes y canciones brindaron un gran y entretenido show. A ambos los despidieron de pie y fueron los artistas que más ovación se llevaron.
Además, otros de los grandes músicos que se lucieron en la tercera noche fueron "Nacencia", "Rita Almada", "Isabel Alizegui", "Los Copleros", "Viví Ávila", y "Andrés Clerc". Finalmente, el penúltimo día cuyano, cerró la noche con "La Zabrosona", una banda local que hizo bailar a todos los visitantes con su ritmo tropical.
Con la música cuyana de fondo, algunas personas recorrieron el patio de comidas y los diferentes fogones que tenían una gran variedad de artistas locales. Además, hubo más de cincuenta puestos entre emprendedores y artesanos que ofrecieron todo tipo de productos.
Los pañuelos de los bailarines en el aire, dibujaron una postal mágica que quedó plasmada para siempre en las miradas de todos los presentes que, con brillo y alegría en sus ojos,disfrutaron de la imponente acústica y visual del escenario mayor.