Desde Europa, la mediática se refirió al vínculo que mantiene con el músico de cumbia 420, con quien se reencontrará en los próximos días.
Desde que regresó a Europa, Wanda Nara quedó envuelta en rumores de reconciliación con Mauro Icardi, a quien le había pedido el divorcio el octubre. Se los vio paseando en limusina, yendo a restaurantes premium y haciendo un viaje familiar a Milán. Desde allí, la mediática accedió a responder preguntas de sus seguidores, y una estuvo relacionada a L-Gante, con quien se la vinculó sentimentalmente en 2022.
Tras un mes de silencio y sin interacción como antes -donde intercambiaban likes y comentarios picantes-, la empresaria aclaró que la une una fuerte amistad con el artista, y considera que será así para toda la vida. Sin embargo, él redobló la apuesta y dejó entrever que tiene otras intenciones. “¡Y más! Te extraño”, contestó.
Los rumores de romance nacieron en septiembre, cuando ella lo contactó para pedirle que sea modelo de su marca deportiva. Elían accedió sin pedirle un centavo y desde entonces se mostraron muy juntos, y hasta fueron sorprendidos a los besos en un auto. También grabaron un videoclip de alto voltaje, donde aparecen desnudos en la cama.
Wanda Nara aclaró que no volvió con Mauro Icardi
Un día después de San Valentín, Wanda Nara contó en sus redes sociales que continúa soltera, aunque no sola, porque “vive rodeada del amor de sus hijos y la familia”. Fue a mediados de noviembre cuando Wanda explicó por qué eligió separarse de Mauro Icardi. Dijo que sentía el fuerte deseo de trabajar en su país, pero que él no estuvo de acuerdo y por eso hubo un cortocircuito.
“No le gusta la idea de que le quite la atención a la familia. Hace poco le expresé a Mauro mi deseo de volver al trabajo y no le gustó. Esto no significa descuidar a mis hijos. Mauro entrena solo dos horas al día, el resto del tiempo está en casa. Él puede ayudarme, ¿no?”, sostuvo ante Vanity Fair.
En ese momento, reveló que intentó reconquistarla en varias oportunidades, pero que ella no dio el brazo a torcer. “Cada dos por tres lo intenta. Me dijo: ‘No me rindo’. Pero yo sé que si nos volvemos a juntar, y en dos meses le cuento de una nueva oferta de trabajo, estaremos de nuevo en el mismo punto de partida”, remarcó.