La actividad se desarrolló en el Arena donde estuvieron acompañados por un público que tuvo oportunidad de interiorisarse y conocer más de esta disciplina. El goalball es el único deporte para personas con discapacidad visual que no es adaptado. Es decir, no tiene una versión convencional.
Sus orígenes se remontan a fines de la Segunda Guerra Mundial, cuando fue creado para rehabilitar a aquellas personas que habían quedado ciegas o con visión disminuida producto de las heridas de combate. Con el tiempo, la actividad fue creciendo y en los Juegos de Toronto 1976 se la incluyó como disciplina paralímpica.
Las reglas son simples, pero su práctica implica un desafío importante a nivel físico y táctico para los jugadores. Se juega en una cancha similar a la de voley, con una dimensión de 18 x 9 metros, y dos arcos (de 1,30 metros de alto) al final, que ocupan todo el ancho. Cada equipo, compuesto por tres integrantes cada uno, se ubica en su mitad del campo. El objetivo es meter la pelota, que es parecida a la de básquet, pesa 1 kilo y cuarto, no pica y tiene cascabeles en su interior, en el arco de enfrente. Cada partido consta de dos tiempos de 12 minutos cada uno, con tres de descanso en el medio. En caso de empate, hay un tiempo extra.