Daniel Craig se alejó del mítico personaje de cine James Bond y, a sus 54 años, quiso mostrar una imagen totalmente alejada del espía más famoso: se puso todos los brillos para bailar y deslumbrar en una publicidad del vodka Belvedere.
La marca lo eligió y lo presentó como “la nueva cara” de la bebida alcohólica y definió al comercial como “inolvidable”. Francois Xavier Desplancke, CEO y presidente de Belvedere, señaló: “La campaña marca el comienzo de una nueva era para Belvedere en la que se celebran la autoexpresión, la autenticidad y el estilo en todas sus formas”.
“Valiente en espíritu con una cálida energía rebelde”, dice el lema de la campaña que, sin dudas, será un inevitable éxito. Y es que fue dirigida por el director y productor neozelandés, ganador del premio Oscar, Taika Waititi, y producida por los responsables de los hits Invisible Man, Bandits y Hungry Man.
El ritmo lo marca Rita Ora y Giggs, con una canción escrita y grabada exclusivamente para el anuncio. Y como si fuera poco, Craig se luce en un faceta nunca antes vista: pasos coreografiados por JaQuel Knight, similares a los del icónico video musical Weapon of Choice de Fatboy Slim, a cargo del gran Christopher Walken.
Juergen Teller se encargó de grabar y las locaciones fueron nada menos que las usadas previamente en los films. Christine Centenera fue la encargada de darle el toque limpio, fino y moderno tanto a la suite como a Craig.
CÓMO ES EL ANUNCIO QUE PROTAGONIZA DANIEL CRAIG
El actor se aleja por completo del papel que lo llevó a la cima de su carrera. Esa sorpresiva actuación es lo que marca los ideales de Belvedere: autenticidad, estilo y expresión personal.
“Un grupo de provocadores ingeniosos y dotados, cada uno de los cuales tiene un gusto por lo poco convencional, ha capturado de manera creativa una instantánea increíblemente única como un guiño a los valores compartidos por ellos y con Belvedere de autoexpresión, autenticidad y estilo”, explicaron desde la compañía.
El anuncio comienza con un elegante Craig vistiendo un traje blanco en las calles de París, escena que rápidamente cambia y toma color cuando ingresa en un exclusivo auto de donde sale vestido con un look rockero que le permite escapar de la prensa que lo perseguía.
Campera de cuero, una cadena alrededor de su cuello y anteojos de sol demuestra su talento para el baile por las calles de la ciudad. Luego, ingresa al exclusivo hotel Cheval Blanc donde comienza un juego de luces y escenarios que culminan en la exclusiva suite, donde un minibar guarda una botella de este vodka.
“Finalmente”, expresa antes del primer sorbo. Le sigue un divertido ida y vuelta con el director y unos bloopers donde juegan con la idea de “ser uno mismo”.
Vía País