Estafa en Villa Mercedes: entregaron sus autos para vender y nunca cobraron

Confiaron en ellos, más que nada en el nombre y trayectoria del local. Pensaron que, al poner sus vehículos en manos de una concesionaria, un comercio de apariencia legal y que supuestamente se manejaba en regla, donde no existe el contrato de palabra, estaban a salvo. Pero no, los comerciantes en los que depositaron sus rodados, su confianza y, en definitiva, parte de su patrimonio, al parecer no estaban muy en sintonía con el marco de la legalidad. Según los cuatro denunciantes entre 2021 y 2023, mediante un contrato, dejaron sus autos y camionetas en una concesionaria que todavía funciona en el barrio Estación de Villa Mercedes; ahora por supuesto bajo otro nombre. Los entregaron con el objetivo de que los vendieran y luego les rindieran el dinero de ese negocio, con la correspondiente comisión para el local.

El problema es que los de la concesionaria lograron las ventas de esos rodados, pero no cumplieron con la parte de darles la plata a los dueños originales de los coches y pickups. Los cuatro denunciantes sostienen que fueron estafados y el abogado de la gente de la concesionaria argumenta que no hubo tal engaño, sino que todo fue consecuencia de un giro inesperado que puede darse en esta clase de negocios, como si la venta y compra quedara en manos de la especulación o el azar.

Hace un par de días, después de años, los damnificados lograron que un juez de Garantías de Villa Mercedes, en este caso, Matías Farinazzo Tempestini, estuviera de acuerdo con las imputaciones de los presuntos estafadores: un hombre de apellido Costamagna, en cuatro hechos, y una mujer de apellido Herrera, en dos estafas.

En dos semanas, de acuerdo a lo que soliciten los fiscales Marcelo Palacio y Andrea Court, el magistrado determinará qué medidas les impondrá a Costamagna y Herrera. Dichas medidas pueden ir desde la firma una vez al mes de un libro en fiscalía, hasta la prohibición de salir de la provincia o el país, restricción de acercamiento y, en el caso más severo, la prisión preventiva. Según comunicaron los voceros judiciales y uno de los abogados querellantes, el círculo de estafadores no se cerraría solo en esas dos personas, sino que hay otros dos sospechosos que no comparecieron a tribunales.

En la audiencia de formulación de cargos, los fiscales mencionaron sintéticamente que las estafas ocurrieron entre septiembre de 2021 y julio, agosto y septiembre de 2023. “Habrían acudido a engaños para disponer de vehículos que los denunciantes le entregaban para ser vendidos”, relató uno de los funcionarios. Explicó que se valieron de la agencia de rodados para actuar como intermediarios para los negocios. “Luego de venderlos no rendían el dinero a los damnificados”, terminó de ilustrar.

Los representantes de los denunciantes son Pascual Celdrán, Gastón Yllera, Flavio Ávila y Gabriel Bracco. Uno de ellos, Yllera, le contó a este medio que su cliente concedió su Chevrolet Astra y toda la documentación pertinente en septiembre de 2023. A través de un contrato de consignación, firmado y convenido, su asistido había quedado en que los ahora imputados se ocuparían de vender el coche y, una vez concretada la venta, le rendirían el dinero del pago y la concesionaria se quedaría con una pequeña comisión, cuya cifra siempre está sujeta al valor del rodado.

Al mes siguiente una persona compró el Astra. Pagó 3.700.000 pesos por el Chevrolet y, desde el local, completaron los trámites de transferencia y todo. El damnificado se enteró de ello, fue hasta el comercio y reclamó la rendición de la plata, pero siempre con una excusa u otra le “pateaban” el asunto para adelante.

“Después de varias cuestiones esquivas, él (Costamagna) trataba por todos los medios de ganar tiempo y en diciembre de 2023 le enviamos una carta documento”, contó el abogado. Pero la persuasión de ese instrumento legal no le movió un pelo a los ahora imputados. Entonces, cuando empezó el 2024, el propietario del Astra los denunció penalmente.

“Mi cliente resultó sumamente afectado, porque el auto era el capital que tenía. En aquel momento decidió venderlo porque necesitaba cubrir unas deudas y créditos. Ahora tiene otro vehículo, pero lo perjudicó mucho económicamente”, manifestó el letrado. Amén de todos los costos que le significaron al hombre el tener que pagar y litigar casi dos años por una justicia que no parecía llegar nunca.

Cuando el cliente de Yllera denunció a los de la agencia se enteró de que él no había sido el único, al menos, otras tres personas también fueron engañadas. “No utilizaron el mismo ardid que con mi cliente, pero fueron muy similares”, aclaró el abogado.

En la audiencia de imputación, Carlos Díaz, el defensor de Costamagna y Herrera, señaló que no están dados los componentes para considerar esta una causa penal, sino que más bien se trata de un “incumplimiento contractual”, que puede tranquilamente dirimirse en el fuero civil. “La fiscalía y la querella quieren evadir la acción civil, pero no se computan los elementos que necesita un ardid engañoso y, por lo tanto, no hubo defraudación”, fundamentó.

“El defensor pretende decir que son operaciones comerciales que se frustraron por circunstancias propias del giro comercial y que deben ser interpretados dentro del ámbito del derecho civil comercial”, recordó Yllera y remarcó que no es como dijo Díaz: “Fue una estafa, porque los vehículos los vendieron, no están”.

Los argumentos del representante de los denunciados no convencieron al juez de Garantías, que hizo lugar a las imputaciones. Mientras tanto, según dijo Yllera, la concesionaria continúa con sus puertas abiertas al público sobre avenida Aviador Origone, frente a la plazoleta con el avión A4B.

Fuente: El Chorillero