El Tribunal Penal de París emitió el jueves su fallo en el caso de presunta financiación libia en la campaña electoral de 2007 de Nicolas Sarkozy. El expresidente fue declarado culpable de asociación ilícita y absuelto de los cargos de corrupción. Cinco años en prisión es su condena. La fiscalía definirá en un mes la fecha exacta del encarcelamiento.
El tribunal anunció su decisión en el caso de Nicolas Sarkozy. El expresidente fue declarado culpable de asociación ilícita y absuelto de los cargos de corrupción, el jueves 25 de septiembre, en el caso de la financiación por parte de Muamar el Gadafi de su campaña presidencial victoriosa de 2007.
Nicolas Sarkozy ha sido condenado a cinco años de prisión, con orden de ingreso inmediato y ejecución provisional, por asociación ilícita. La fiscalía lo citará en el plazo de un mes para fijar la fecha de su encarcelamiento. Incluso en caso de apelación, la medida de seguridad no quedará suspendida.
El expresidente francés también deberá pagar una multa de 100.000 euros y se le ha prohibido presentarse a elecciones durante los próximos cinco años.
El Tribunal Correccional de París justificó la medida señalando que se trata de “hechos excepcionalmente graves que podrían socavar la confianza de los ciudadanos en quienes los representan”. Sin embargo, lo absolvió de los otros cargos, en particular de corrupción pasiva y desvío de fondos.
La muerte en el Líbano, el martes, de uno de los acusados y protagonista clave del expediente, Ziad Takieddine, no modificó el calendario, y la lectura del fallo se celebró como estaba previsto.
Ziad Takieddine declaró varias veces que había entregado hasta cinco millones de euros en efectivo de Gadafi a Nicolas Sarkozy y a su jefe de gabinete en 2006 y 2007. Más tarde se retractó de esas acusaciones, pero después volvió a contradecirse. Esto llevó a abrir otra causa contra Sarkozy y su esposa, Carla Bruni, acusados de presionar a un testigo.
Presente en la sala, Nicolas Sarkozy fue juzgado por cuatro delitos: corrupción pasiva, receptación de desvío de fondos públicos, financiación ilegal de campaña y asociación delictiva. Brice Hortefeux y Claude Guéant también estaban en el banquillo de los acusados.
Contra el expresidente, los representantes de la Fiscalía Nacional Financiera (PNF) habían solicitado a finales de marzo, al término de tres meses de juicio, siete años de prisión, acusándolo de haber tejido un “pacto de corrupción fáustico con uno de los dictadores más detestables de los últimos 30 años”.
Requisiciones severas
Esta pena es la más dura solicitada contra los 12 acusados. Para los fiscales, Nicolas Sarkozy, de 70 años, juzgado por corrupción pasiva, encubrimiento de malversación de fondos públicos, financiación ilegal de campaña y asociación de malhechores, habría sido tanto "autor intelectual" como beneficiario de dicha financiación.
El sexto presidente de la V República Francesa (2007-2012) denunció enseguida "el exceso de la pena reclamada", que según él solo busca "ocultar la debilidad de las pruebas alegadas".
Junto a él también fueron juzgados allegados como Brice Hortefeux, exministro y amigo, y Claude Guéant, director de campaña en 2007 antes de convertirse en secretario general del Elíseo, además de varios empresarios.
Según la acusación, a cambio del dinero Nicolas Sarkozy habría favorecido el regreso de Libia a la escena internacional y se habría comprometido a absolver al cuñado de Gadafi, Abdallah Senoussi, condenado a cadena perpetua por su papel en el atentado del DC-10 de UTA, que costó la vida a 170 personas en 1989.
En caso de condena, un recurso de apelación es probable, ya que Sarkozy no ha dejado de proclamar su inocencia desde 2011. Este recurso retrasaría varios meses la amenaza de prisión.
No obstante, una condena definitiva superior a dos años de prisión firme no podría ser sustituida por el uso de una pulsera electrónica, por ejemplo. Sin embargo, un condenado mayor de 70 años puede solicitar libertad condicional.
Durante más de una década, Nicolas Sarkozy, contra quien la fiscalía también requirió 300.000 euros de multa y cinco años de inelegibilidad, ha gritado "infamia" y ha respondido a los periodistas que deberían sentir "vergüenza" por evocar el caso. Durante los tres meses de juicio, el vocabulario pudo variar, pero no su proclamación de inocencia.
"Ninguna prueba"
No hay "ninguna prueba", "nada", "ni un céntimo libio", "ni siquiera el inicio de un comienzo de financiación", insistió un Sarkozy cansado de "justificarse sobre pruebas que no existen".
Inicialmente planteadas por dignatarios del antiguo régimen, las acusaciones no serían, según él, más que el fruto de un complot urdido por el clan Gadafi para vengarse de su papel decisivo en la caída del dictador en 2011.
Para sus abogados, los investigadores no encontraron rastro de dinero libio en los fondos de campaña ni enriquecimiento personal ni intervención de Nicolas Sarkozy.
Otros procesos en curso
Ya condenado definitivamente a un año de prisión firme por corrupción y tráfico de influencias en el caso conocido como "las escuchas" o "Bismuth", Sarkozy tuvo que portar entre enero y mayo un brazalete electrónico en el tobillo, una sanción inédita para un exjefe de Estado y ha presentado un recurso ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH).
Por otra parte, la Corte de Casación examinará el 8 de octubre su recurso en el caso "Bygmalion", relativo a la financiación de su campaña presidencial de 2012 y por el cual fue condenado en apelación a un año de prisión, de los cuales seis meses están firmes.