Nuriel está en sala común, ya habla, pero su recuperación puede tardar un año
- 23/07/2025 10:58 hs
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Su madre, Paola, contó que a veces se pierde y no sabe dónde está. El chico no hace más que pedir disculpas porque siente que le ha fallado a la familia.
Desde hace exactamente 21 días Paola Guzmán, la madre de Nuriel, el chico que se accidentó con su moto, no se mueve del policlínico regional de Villa Mercedes.
Hace un par de días, el adolescente superó la terapia intensiva y fue trasladado a una sala común. Pero los médicos ya le advirtieron que la recuperación será muy larga y que todo es muy inestable. “Esto es un día a día. Por ahí el parte médico de la mañana es uno y al rato cambia”, contó la mujer. Pero su hijo, por fortuna, a paso lento, avanza.
Tiene períodos de consciencia y, en esos momentos, no para de hablar. No recuerda exactamente qué pasó, pero, por alguna razón, es muy duro consigo mismo y siente que le ha fallado a su familia. “Me pidió perdón en todos los idiomas. Me contó muchas cosas. Él no quiere fallar. Quiere ser un buen ejemplo para su hermano menor, pero siente que en lugar de llevar la bandera lleva la suplencia, que en vez de meter diez tantos en básquet, mete dos”, relató.
“El parte médico de hoy (lunes) fue muy favorable. Pero anoche algo pasó, como está muy afectado neurológicamente, tuvo una crisis”, comentó. Es por eso que los profesionales pidieron que el chico esté acompañado por dos personas, porque solo una no lo podría contener cuando se altera.
“Todo es de a ratos, no tiene una durabilidad”, dijo Paola. Señaló que su hijo ya no necesita sedantes, pero sí calmantes. Este lunes le retiraron la sonda por donde lo alimentaban, pero todavía ni siquiera puede tomar agua por sí solo.
Hoy uno de los médicos que lo monitorea le anticipó a su madre que ya deberían averiguar y hacer gestiones para que siga el tratamiento en un centro de rehabilitación. Se sinceró y le adelantó también que una recuperación neurológica puede demorar de seis meses a un año, depende de cada persona. “Ese es el tiempo que se debe esperar porque, a lo mejor, lo no que aparece hoy se puede llegar a manifestar después”, explicó con sus palabras Paola.
“Esto va a llevar tiempo porque en la parte de la cabeza, donde sufrió el golpe, está toda la parte cognitiva y que maneja la conducta, el comportamiento”, abundó.
La madre dijo que todavía hay mucho que trabajar en el aspecto neurológico de Nuriel. “Su parte izquierda no tiene la misma movilidad motriz que la derecha. Ni su pierna, ni su brazo. Tiene muchísima lentitud de ese lado”, detalló. Indicó que su hijo también es asistido por una fonoaudióloga y por kinesiólogos, que le realizaron una nueva tomografía y que lo monitorean, de forma constante, porque “hay una fiebre que anda dando vueltas y no saben de dónde viene”.
Igualmente, tiene momentos en los que está consciente y otros que no. "Por ahí él se pierde y yo le digo ‘estamos en el hospital’. Pero (sobre el accidente) él no sabe exactamente todo”, reveló la mujer, quien de todas formas aclaró que no toca el tema del siniestro cuando habla con su hijo.
“Él se siente culpable de fallar. Siente que ha hecho todas las cosas de manera consciente, pero equivocada en algunas cosas”, reveló Paola. Dijo que Nuriel siente que tiene un compromiso moral por el legado que le dejó su padre, el suboficial principal Luis David Peñaloza, quien tenía una conducta intachable.
“Mi hijo nunca se llevó un trimestre, ni tuvo una mala nota. Pero lo hace por el mismo, él es muy responsable con él”, destacó orgullosa la madre.
Un mensaje que llegó tarde
Según trascendió, ayer (domingo), a 20 días del accidente, la mujer que conducía el auto contra el que chocó o fue chocada la moto que manejaba Nuriel, se comunicó con la mamá del adolescente. Consiguió su número de teléfono y le envió un mensaje solidarizándose y para decirle que ella está "para lo que necesite".
La mujer de 58 años le aseguró que ella se acercó varias veces al hospital “Juan Domingo Perón” a preguntar por el chico. Pero, la realidad, es que nadie de la familia jamás se enteró de que la conductora del coche fue a visitar al menor de edad.
De todas formas, a los Peñaloza Guzmán por ahora eso no les interesa. Tienen toda su energía y fuerza centradas en Nuriel para que salga pronto del estado en el que está. “Luego veremos el quién y el cómo, ahora quiero ocuparme de mi hijo”, remarcó la madre.
Está infinitamente agradecida a los profesionales del policlínico regional. “El equipo del hospital es impresionante. Es más, yo tengo obra social y podría llevarlo a una clínica privada, pero les supliqué que no me lo sacaran de este hospital. Está muy bien atendido acá”, afirmó.
También ella y su familia no para de darles las gracias a todas las personas, instituciones e incluso creyentes de diferentes religiones que rezan por el adolescente. “Van, hacen promesas, van a las ermitas de las vírgenes y les piden. Hasta un sacerdote de Colombia o Puerto Rico nos mandó un mensaje que nos emocionó tanto”, contó.
Paola cree que, junto a la inmensa labor diaria de los médicos, el poder de la oración hizo posible que su hijo hoy esté vivo, lo que ella llama “un milagro”.
Rescató que, pese a toda la desgracia que viven por el accidente en sí, piensa que Nuriel ha logrado algo increíble: que personas que no se conocen entre sí, se unan y pidan por una buena causa, por alguien que quizás ni siquiera conocen. “Gente que no lo conocía, ahora lo conoce y pide por él. Se ha hecho como una comunidad y oran por él como si fuera un familiar”, expresó.
“Nucho” logró que las personas sacaran su lado humano, se solidaricen y entiendan que la unión hace la fuerza.