Esta criatura enorme ya vivía cuando se construyeron las pirámides de Egipto

En las tranquilas aguas de Shark Bay, al oeste de Australia, vive una criatura colosal que ya existía cuando se construyeron las pirámides de Egipto: no hablamos de un tiburón o una ballena, sino una planta marina de Posidonia australis que se extiende más de 180 kilómetros y tiene, al menos, 4.500 años de antigüedad. Pero un análisis genético detallado dejó boquiabiertos a los científicos: todas las muestras tomadas en diferentes puntos de la bahía compartían exactamente la misma huella genética. Es decir, no se trata de un bosque de plantas, sino de una sola, una inmensa clonación de sí misma, nacida de una única semilla que ha ido expandiéndose lentamente durante milenios.

Además de su tamaño descomunal, esta planta posee una característica que la hace aún más singular: es poliploide, lo que significa que tiene tres juegos completos de cromosomas. Este detalle genético podría explicar su capacidad para adaptarse a entornos tan variados, resistiendo a la salinidad, las temperaturas extremas y otros desafíos marinos. Resulta asombroso que el ser vivo más grande jamás identificado sea una humilde pero tenaz pradera submarina; un recordatorio de que, bajo la superficie, la vida guarda secretos tan extensos como antiguos.

Foto: National Geographic