Darío Baggini, abogado penalista de la familia de Lian Flores, dialogó con DE UNA sobre el curso de la investigación y las posibles hipótesis.
Darío Baggini
Hoy se cumplen dos meses desde ese 22 de febrero, cuando se vio por última vez a Lian Gael Flores, el niño de 3 años que desapareció en Ballesteros Sud, provincia de Córdoba.
Darío Baggini, abogado de la familia del niño, señaló que, pese a los esfuerzos denodados de la Fiscalía Provincial y de la Fiscalía Federal, no se ha podido establecer una causa de su desaparición. Tanto el rastrillaje en la zona cero, como el acceso a dispositivos móviles, no fueron suficientes para dar con una pista concreta.
"Tengo entendido que es la primera vez que dos Fiscalía de distinto fuero trabajan juntas para resolver un caso", indicó. Y agregó, "Están trabajando la comunidad probatoria, las dos Fiscalías de Introducción de la ciudad de Bell Ville y la Fiscalía Federal en conjunto".
El abogado comentó que ha tenido acceso a las actuaciones de la Fiscalía Federal, pero no a las de la Provincia. Esto se debe a que las Fiscalías de Introducción aún rigen el secreto de sumario, lo que torna extremadamente difícil la búsqueda de contradicciones.
Dado que Lian desapareció en una determinada franja horaria y hasta la fecha no se conoce su paradero, aún siguen abiertas todas las líneas investigativas.
La Fiscalía Federal todavía analiza la trata de personas, investigación que nació por una denuncia de la asociación Missing Childen. "Con el paso de los días esta hipótesis se diluyó, por el hecho de que, si se tratara de un secuestro, debería haber existido un pedido de dinero y pruebas de vida del niño. Pero no fue el caso", comentó. La Fiscalía Provincial, por otro lado, investiga delitos de orden provincial u ordinario, como lo son la posibilidad de un homicidio o un accidente. Se piensa que Lian pudo ser atropellado.
Sobre la familia del menor, Baggini explicó que, dado que no cuentan con televisión y no utilizan la radio, no fueron totalmente conscientes de la mediatización que tuvo su desaparición.
"La desesperanza es tremenda, porque lo siguen esperando con vida. Ni siquiera con ayuda psicológica ni psiquiátrica se han representado la idea de que el niño puede estar muerto", concluyó.