Así lo dijo el director de la consultora Data Miazzo quien analizó los desafíos y oportunidades que enfrenta el sector agropecuario argentino, con un enfoque en la volatilidad internacional y el panorama interno. Participó de una charla con Melcaonian.
David Miazzo, director de la consultora Data Miazzo, ofreció su análisis sobre la situación económica de Argentina, con especial atención al sector agropecuario. Miazzo abordó las complejidades del presente económico y destacó tanto los aspectos positivos como las incertidumbres que marcan el horizonte del país.
“Vamos a tratar un poquito de pintar un poco el panorama macro, que tiene algunas buenas noticias, algunas dudas hacia adelante”, comenzó Miazzo, señalando que temas como el FMI y el CEPO son centrales en la actualidad económica. Además, explicará “todo lo que está haciendo Trump a nivel internacional para empezar a bajar al agro”, explicó.
En cuanto a las perspectivas de la agricultura y ganadería, Miazzo destacó la persistencia de los márgenes comprimidos en la agricultura, atribuidos a los precios internacionales y a un tipo de cambio bajo. “Esto marca una agricultura que sigue con márgenes comprimidos y una ganadería que yo entiendo que empieza a cambiar el rumbo de la mano de una recuperación del consumo”, agregó.
El director de Data Miazzo también se refirió a la mejora del poder adquisitivo de los salarios, que, a pesar de haber estado en niveles muy bajos, han logrado recuperar parte de su capacidad de compra, especialmente en productos como la carne. “Los salarios, si bien vienen del subsuelo, han ganado mucho poder de compra medido en carne, incluso con las subas de precios recientes que hemos tenido”, detalló.
Sin embargo, Miazzo subrayó que, aunque la ganadería muestra signos de recuperación, las exportaciones aún enfrentan desafíos importantes. “Las exportaciones vienen complicadas por una cuestión de competitividad. Si miramos lo que vale el novillo Mercosur, Argentina está lejos de ser el más barato”, explicó, enfatizando las dificultades del sector en este sentido.
La preocupación por la relación internacional de Argentina también fue un tema clave en la entrevista. Miazzo expresó su inquietud sobre el impacto que puede tener la guerra comercial entre China y Estados Unidos en el sector agrícola. “Nos tiene que generar preocupación la volatilidad, nosotros justamente estamos con un plan de estabilización, y todo el ruido internacional no te ayuda”, indicó. La volatilidad de precios, explicó, complica las decisiones del productor argentino, que se ve obligado a navegar un panorama incierto.
Sin embargo, el director de la consultora también señaló que este conflicto internacional podría tener ciertos beneficios para Argentina. “Lo que hay es un redireccionamiento del comercio. Las importaciones chinas, en lugar de ir a Estados Unidos, vienen a Argentina y Brasil”, comentó, destacando que este fenómeno ya se había observado en la anterior guerra comercial. A pesar de estas posibles ventajas, Miazzo fue claro en su evaluación: “En la película, el capítulo de esta novela o esta película es, la pelea China-Estados Unidos puede perjudicar a la Argentina”.
En conclusión, el panorama económico de Argentina, especialmente en el agro, se muestra marcado por incertidumbre y volatilidad. Aunque existen señales positivas en el consumo interno y en ciertos aspectos del comercio exterior, los desafíos internacionales y la competitividad siguen siendo factores críticos a tener en cuenta. Como resumió Miazzo, el impacto de la guerra comercial podría tener más efectos negativos que positivos a largo plazo.