El desafío de producir la carne que el mercado demanda
- 26/06/2023 10:20 hs
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Durante una jornada a campo en Jesús María se repasaron los retos que enfrenta la actividad en materia ambiental y comercial.
En la primera jornada a campo del año del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), que se realizó en Jesús María, Córdoba, el mensaje, luego de escuchar a numerosos especialistas, es que la cadena cárnica deberá ser acorde a lo que el mercado demanda en cantidad, calidad, sustentabilidad y todo ello trazado (historial) desde que nace el animal hasta que llega al plato.
La jornada se realizó en un feedlot modelo, a veinte kilómetros de Jesús María, el cuál trabaja de manera completa la sostenibilidad ambiental, aprovechando el bosteo para generar biogás ,y alimentar con ese estiércol a una planta de Steam Flaked Corn, entre algunas de las tecnologías aplicadas.
En el evento participaron 700 personas y la apertura estuvo a cargo de Jorge Grimberg, presidente del IPCVA, quien aseguró que estas jornadas en lugares con altas inversiones en tecnología, el productor puede llevarse ideas para aplicar en sus establecimientos.
Grimberg enfatizó que la ganadería no es la culpable de todos los males. “La ganadería fue fuertemente criticada por la emisión de gas metano y en pandemia, cuando los motores dejaron de funcionar, la emisión de carbono bajó”, sostuvo. A su vez, añadió que el IPCVA realizó un estudio en conjunto con CONICET, donde se determinó que el metano eliminado por los animales se transforma en carbono y agua y en diez años vuelve, donde es captado por las pasturas. “Esto determina que Argentina tenga carne libre de carbono, es una carne sustentable”.
Córdoba, pionera en trazar huella de carbono
Un frigorífico cordobés fue uno de los primeros en trazar la huella de carbono que se emitía desde Argentina a Estados Unidos, con un envío de carne realizado vía aérea. En este sentido, el presidente de FIFRA, Dr. Daniel Urcía, reconoció al Ingeniero José María Roca (Gerente del frigorífico) y a los profesionales del INTA e INTI que realizaron el estudio. “Ellos tuvieron la iniciativa de hacer un estudio de huella de carbono en Argentina y cuando el establecimiento presentó los resultados sólo había cinco en el mundo que lo hacían. Esto nos dio pie para un nuevo estudio donde participan más de treinta frigoríficos y cien productores”, comentó.
En cuanto a la jornada técnica, Urcía insistió en que no siempre se puede ver tecnología como la de este feedlot, pero se pueden obtener conocimientos básicos para aplicar y mejorar la ganadería. “Se pueden copiar procesos, hacer cambios de hábitos, aprovechar los errores de otros para mejorar lo nuestro”, sostuvo.
Derribando mitos
Uno de los temas tratados en el evento fue el de derribar mitos acerca de los sistemas silvopastoriles. Cabe recordar que la Ley de Bosques Nativos de la provincia Córdoba navega por un limbo, que todos reconocen que hay que cambiarla, pero nadie se anima o nadie quiere pagar el costo “político” de hacerlo.
Dicha ley no admite sistemas silvopastoriles en determinadas zonas denominadas “rojas”. El argumento de la ley sostiene que dañan el ambiente, pero no se tiene en cuenta que en reiteradas ocasiones sólo se acumula material combustible para un próximo incendio, en el que se dejan arrasados miles de hectáreas, llevan a productores a la quiebra y terminan con especies de plantas y animales de las maravillosas sierras cordobesas.
Por ello, Daniel Urcía asegura que hay que derribar mitos. “Hoy estamos derribando el mito de que la vaca contamina, el ser humano es mucho más contaminante que la vaca”, aseguró. Luego, se refirió al dióxido de carbono que emiten las personas con los automóviles, y esa contaminación demora cien años en ser convertida. “El dióxido de la vaca en diez años se degrada y a su vez hay una captura con las pasturas”, enfatizó.
En cuanto a la ley de Bosques vigente en Córdoba remarcó que se generó un mito. “El no tocar el bosque no es parte de la solución”, apuntó. Además, afirmó que todo lo que se va al extremo no es bueno. “Desmontar todo no es la solución, pero un desmonte selectivo para mejorar la ganadería, mejorar aptitud de suelos y evitar incendios, hay que darles una oportunidad a estos sistemas”.
La sustentabilidad
El Ingeniero Rodolfo Bongiovanni (INTA) y la Ingeniera Leticia Tuninetti (INTI) fueron quienes dejaron los resultados de un minucioso estudio de huella de carbono que realizaron en el feedlot donde se llevó a cabo la jornada IPCVA. En la investigación se puedo apreciar la sustentabilidad de la mano de la productividad, desde “la cuna hasta la tumba”, como se denomina el estudio.
Tuninetti explicó que la investigación refleja el ciclo de vida del animal, teniendo en cuenta todos los insumos que ingresan al establecimiento para producir ese novillo y luego llevarlo a gordo.
En cuanto a los resultados, Rodolfo Bongiovanni comentó que se analiza la cría, recría y el paso por el feedlot. “El resultado que nos dio es que se producen 13 kg de carbono por cada kilogramo de peso vivo analizado”, confirmó. A su vez explicó que al estudio le falta el paso del animal por el frigorífico, pero ello es parte de otro estudio.
En estas investigaciones se habla de toneladas o kilogramos de carbono y la duda que surge es cuánto es mucho y cuánto es poco. Bongiovanni aclara que el ideal es que el carbono sea neutro, es decir cero. “Para lograr carbono neutro hay que diseñar el planteo para que las emisiones de kilogramos de peso vivo animal sean iguales a las remociones, a través de pasturas y forestación”, explicó.
En el mundo, y reflejados en distintos estudios, la huella de carbono es mayor a la que se expresa en el trabajo realizado en el feedlot cordobés. “Sólo existe un caso en Australia donde la carne tiene menor impacto ambiental, pero deberíamos ver ese estudio en particular”, aseveró Rodolfo Bongiovanni.
Trazabilidad y sustentabilidad pagan más
En las distintas charlas técnicas se habló de que existen consumidores argentinos que están dispuestos a pagar más por una carne de carbono neutro. “A nivel internacional, más de la mitad de los consumidores están dispuestos a pagar más por una carne sostenible”, apuntó Rodolfo Bongiovanni.
En el encuentro técnico se mostraron ejemplos en el que los consumidores de otros países pueden llegar a pagar entre un 50 y un 100 % más si ese “bife” está trazado y con sello verde de sustentabilidad.
La producción primaria
El Ingeniero de INTA hizo hincapié en que el productor deberá producir novillos para esos nichos de mercado y cuidando detalle por detalle todos los aspectos de sostenibilidad para acceder a un nicho comercial internacional que paga más esa carne producida con carbono neutro. “El primer tema a considerar es evitar todo cambio agresivo de suelo como la deforestación”, sostuvo Bongiovanni. Además, ponderó los sistemas silvopastoriles que tienen en los bosques nativos mega térmicas.
Lo inevitable y la solución
Otro de los factores que apunta el especialista es la generación de carbono por efecto natural del rumiante, que es inevitable. “Lo que podemos hacer es que ese proceso de engorde sea en el más corto en el tiempo posible, si hay un animal que está mucho tiempo en el campo pastando, aumentan las emisiones”, afirmó.
Por su parte, Leticia Tuninetti valoró tener un biodigestor en el establecimiento, ya que esos excrementos no quedan en el campo emitiendo carbono. “Cuando se usa esa energía para preparar los alimentos, ello evita el consumo de combustibles fósiles o consumo eléctrico de la red argentina que genera un impacto mayor”, remarcó.
Luego, el Ing. Bongiovanni insistió en que los sistemas silvopastoriles, los cuáles impulsa INTA, son de una mayor remoción de carbono y está demostrado. “Hay que salir de lo científico y pasar a aplicación comercial”, enfatizó.
Por último, el investigador sostuvo que los consumidores elegirán ante dos productos, así sea al mismo precio, el que menor consumo de carbono tenga en su trazabilidad.
Por lo expuesto, se puede concluir que la producción primaria tiene y tendrá un enorme desafío de trabajo detallado, dejando de lado la receta de la abuela y contratando asesores pertinentes para los tiempos que corren y correrán en la ganadería argentina.