La ansiedad forma parte de la vida. Muchas personas se preocupan casi diariamente por temas de salud, dinero, problemas familiares o trabajo, entre otros, y dado que los motivos pueden ser diversos, este trastorno es también diferente en las personas que la sufren. Los episodios pueden interferir en las actividades diarias, como el desempeño laboral o las relaciones, haciendo que la persona deje de disfrutar de planes que en otro momento le resultarían atractivos.
Se trata de un mecanismo que activa nuestro cuerpo cuando detecta un posible peligro, y, tal como indica Laura Fuster, psicóloga en Valencia con consulta también online, este proceso nos ha ayudado a sobrevivir como especie, por ejemplo, cuando el hombre prehistórico veía un león, se activaba todo su cuerpo y esto le preparaba para tomar una decisión rápida de lucha o huida que favoreciera su supervivencia.
Ya que hoy en día es muy improbable que nos encontremos con leones por la calle, los peligros que nos acechan se han ido trasformando y pueden ser desde una cita médica, una conversación incómoda, una entrevista de trabajo, subirse a un avión, un examen, etc.
«Que se active nuestra ansiedad en algunos contextos no es malo porque puede ayudarnos, pero la ansiedad se vuelve problemática cuando se activa ante peligros que no son reales o su probabilidad de ocurrencia es muy baja», dice la experta. Es decir, seguramente estemos interpretando una situación como mucho más catastrófica de lo que realmente es. «También podemos estar generalizando, anticipando el futuro, leyendo la mente de otra persona, etc. en definitiva, cometiendo una serie de errores cognitivos que nos hacen ver las cosas de un modo mucho más dramático y estresante», alerta.
Quieren que sepas esto
Sabiendo que la ansiedad es muy recurrente en algunas personas y casi inexistente en otras, quienes la sufren con frecuencia coinciden en que muchas veces se sienten incomprendidos. al fin y al cabo, tener ansiedad en un momento determinado puede hacer que nos quedemos sin hacer una actividad o no nos enfrentemos a asuntos que necesitan de su pronta resolución.
Es muy probable que las personas que tienen ansiedad se asusten y no sepan muy bien qué les está pasando. Cuando por fin lo entienden, es posible que quieran compartirlo con los demás pero, generalmente, no sabemos cómo reaccionar cuando alguien nos habla de problemas emocionales... «Si le preguntas a una persona con ansiedad qué es lo que debes saber, seguro que empieza diciéndote que no es un bicho raro y que lo que le pasa podría pasarte a ti, incluso ya lo habrás pasado aunque sea en un contexto distinto. Los problemas de ansiedad son muy comunes y casi todo el mundo pasará alguno a lo largo de su vida», recuerda Laura Fuster.
También es importante, tal como explican en consulta las personas que sufren de ansiedad, que sepas lo siguiente:
- Intenta ponerte en mi lugar.
- Valida sus emociones con frases como: «es normal que te sientas así», «entiendo por lo que estás pasando»...
- Escúchale, a veces basta con callar mientras te explica cómo se siente.
- Acompáñale, déjale claro que estás ahí y que puede contar contigo.
- Pregúntale, y si no sabes cómo ayudarle, di: «¿qué puedo hacer para ayudarte?«, ¿cómo te sentirías mejor?».
«En muchas ocasiones intentamos aportar soluciones o minimizar lo que la otra persona está pasando para que se sienta mejor, esto puede producir el efecto contrario», señala la psicóloga Fuster, que insta a:
- Empatizar: intenta entender por lo que está pasando esa persona y muestra comprensión.
- Validar: la persona debe sentir que lo que siente está bien. Puedes decir frases como 'es normal que te sientas nervioso ahora mismo'.
- Escuchar: a veces nos empeñamos en dar consejos cuando sería suficiente con prestar atención a lo que nos dice la persona.
- Acompañar: puede ser suficiente con estar al lado de la persona en una actitud empática.
ABC
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